Sala Movie, Pamplona, 8 de mayo de 2010
Debo reconocer que siempre me ha costado entrar en los universos paralelos de Vegas, por alguna razón no consigo cogerle el truco al cantautor asturiano. Animado por su trabajo a medias con Enrique Bunbury en el ‘Tiempo de las Cerezas‘, me compré hace algún tiempo -decidido a darle una segunda oportunidad- ‘El Manifiesto Desastre‘, su último trabajo hasta la fecha.
He de admitir que el disco precisa de unas decenas de escuchas para empezar a calar, lo que lo sitúa lejos del umbral de paciencia que la mayoría de mortales van a tener con él. Desde luego, sus canciones no son accesibles, pero es que él tampoco se esfuerza mucho en que lo sean. Mi mujer me amenaza seriamente con el divorcio como siga escuchando este ‘bodrio’ (y eso que como asturiana debería tener algo de admiración por su paisano).
Hay algo de inquietante, desapacible y sórdido en sus letras, algo que te hace pensar en salir huyendo, en alejarte lo más posible de ellas, mientras, por otro lado, una fuerza te va atrayendo lenta pero constantemente. No sé cómo derribar la barrera que existe entre nosotros y qué mejor forma de hacerlo que viéndolo en vivo y en directo, que es como se resuelven estas incertidumbres generalmente.
Desde luego, Nacho no es la alegría de la huerta y no me esperaba que se pusiera a contar chistes en medio del concierto pero… algo más que unas palabritas inaudibles entre canción y canción sí que me esperaba… En fin, la gente sale contenta del concierto y yo no puedo decir que me haya defraudado, ni mucho menos, pero el derribo de la barrera tendrá que esperar. Lo seguiremos intentando…